Recuérdame,
cuando sientas que tu vida no tiene sentido
estando lejos de mi.
Recuérdame,
cuando cierres vuestros ojos al dormir
y sientas que estoy dentro de ellos.
Recuérdame,
cada vez que la tristeza y melancolía
aprisionen y abracen tu solitario corazón.
Recuérdame,
cada vez que vuestro pensamientos
evoquen el inolvidable pasado que vivimos.
Recuérdame,
cada vez que despiertes con el alba
y tu apasionado cuerpo sienta un enorme vacío.
Recuérdame,
cada vez que otros labios te digan “te amo”,
porque mirándote a los ojos
siempre te lo dije con el corazón.
Recuérdame,
besando y amándote,
contemplando tus bellos ojos,
disfrutando de tu sonrisa,
y acariciando tu suave piel.
Recuérdame,
en cada lágrima que navegue por tus mejillas,
porque aquellas que brotaron de mis ojos por ti
fueron de amor y felicidad.
Recuérdame,
cada vez que mires el ocaso, luna y las estrellas
porque bien sabes que irradié tus labios con ternura
y a vuestro piel le transmití “dulzura y pasión”.
Recuérdame,
porque aunque haya sido el segundo en llegar a tu vida,
bien sabes que fui el primero en brindarte un gran amor
y el que te hizo sentir mujer.
Y siempre RECUÉRDAME,
porque que mi alma fue tatuada en tu piel.
Elaborado por:
Fernando Rogelio S. A. © - Enero 2010